viernes, 28 de febrero de 2014

Viviendo en el Reino de Dios

Hermanos, Dios los bendiga abundantemente a todos en Cristo Jesús.

En los Reinos del mundo cuando a un hombre se lo honraba, ya sea por su fidelidad, por su sabiduría, se lo colmaba de honores. El Rey mandaba a que se lo vistiera con una ropa real, para que todo el mundo viera y reconociera a aquel hombre a quien el Rey honraba. No cualquiera podía andar con las ropas reales, sino a quién el rey quería honrar.

En la Biblia encontramos ejemplos de esto, voy a citar algunos.

"El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos, y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. 41Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto"(Genesis 41:37-43).

"Aquella misma noche se le fue el sueño al rey, y dijo que le trajesen el libro de las memorias y crónicas, y que las leyeran en su presencia. 2Entonces hallaron escrito que Mardoqueo había denunciado el complot de Bigtán y de Teres, dos eunucos del rey, de la guardia de la puerta, que habían procurado poner mano en el rey Asuero. 3Y dijo el rey: ¿Qué honra o qué distinción se hizo a Mardoqueo por esto? Y respondieron los servidores del rey, sus oficiales: Nada se ha hecho con él.
4Entonces dijo el rey: ¿Quién está en el patio? Y Amán había venido al patio exterior de la casa real, para hablarle al rey para que hiciese colgar a Mardoqueo en la horca que él le tenía preparada. 5Y los servidores del rey le respondieron: He aquí Amán está en el patio. Y el rey dijo: Que entre. 6Entró, pues, Amán, y el rey le dijo: ¿Qué se hará al hombre cuya honra desea el rey? Y dijo Amán en su corazón: ¿A quién deseará el rey honrar más que a mí? 7Y respondió Amán al rey: Para el varón cuya honra desea el rey, 8traigan el vestido real de que el rey se viste, y el caballo en que el rey cabalga, y la corona real que está puesta en su cabeza; 9y den el vestido y el caballo en mano de alguno de los príncipes más nobles del rey, y vistan a aquel varón cuya honra desea el rey, y llévenlo en el caballo por la plaza de la ciudad, y pregonen delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey. 10Entonces el rey dijo a Amán: Date prisa, toma el vestido y el caballo, como tú has dicho, y hazlo así con el judío Mardoqueo, que se sienta a la puerta real; no omitas nada de todo lo que has dicho. 11Y Amán tomó el vestido y el caballo, y vistió a Mardoqueo, y lo condujo a caballo por la plaza de la ciudad, e hizo pregonar delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey.


"Entonces mandó Belsasar vestir a Daniel de púrpura, y poner en su cuello un collar de oro, y proclamar que él era el tercer señor del reino"(Daniel 5:29).


Yo quiero hablarte de Cristo, el Rey y Salvador, rechazado por casi todo el mundo. Porque hoy muchos afirman vivir en el Reino de Dios, pero no hay en ellos ni un mandamiento de ese Reino vivo en su corazón, Cristo es el hombre a quien Dios honró, es el siervo escogido del que se habla en Isaias.

Jesús vino al mundo y los judíos rechazaron a su Rey, gritando ¡No tenemos otro rey mas que César! ¿Por qué? porque ellos no pudieron ver en su ceguera al Rey, como muchos de ustedes no pueden ver al Rey, porque ustedes no reconocen la vestidura que Cristo el Rey traía puesta, como aquellos no pudieron ver esta vestidura, sino que ellos esperaban ver un rey orgulloso, un rey rico que viviera en lujos, un rey vestido de ropas lujosas, por esta ceguera han despreciado al verdadero Rey.


Tu sigues los mismos pasos, porque hoy tu dices, yo soy hijo del Rey, yo soy un rey, y andas codiciando todo lo que un mundano tiene, tu dices si este mundano tiene este auto lujoso, yo también lo tengo que tener, por esa maldad y ceguera es que andas por ahí lleno de orgullo y maldad. Te pregunto; ¿Jesús andaba con ropas lujosas y en medio de riquezas materiales?

Tu me puedes decir, ¡tu no viste a Jesús! ¡cómo puedes hablar de su vestidura!

Pero yo te digo, que gracias a su eterna palabra yo si puedo ver esa vestidura real, que como el resplandor del sol brillaba y mostraba que él era el Rey y Salvador a quién el Rey del cielo honró para que los hombres lo glorificaran.

"Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros"(Mateo 5:1-12).

El Señor afirma esto

"Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;"(Mateo 11:29) .

Las bienaventuranzas no eran simples enseñanzas, sino era la propia vestidura de Jesús que glorificaba al Padre quién nos envió al Rey y Salvador, nosotros debemos aprender esto de él.

Los supuestos cristianos de hoy son maldicientes, impuros, rencorosos, mentirosos, hambrientos de las cosas terrenales, orgullosos, viven en deleites. Esta es la vestidura que en muchos se ve, la vestidura inmunda del reino de satanás.

Tu dices que eres parte del Reino de Dios, sin embargo vives otros mandamientos tan lejanos a los del Reino del Cielo, la Biblia dice que nosotros somos reyes de Dios en la tierra.

"Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono; 5y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén."(Apocalipsis 1:4-6).

Tal honra nos ha sido dada por medio de Cristo el Rey soberano sobre todos los reinos de la tierra, pero para tu decepción, la vestidura que se nos ha dado no es la que tu crees engañado hasta ahora, no es la del César, tu miras a tus pastores y dan asco como espuman sus codicias y avaricias, como ostentan sus lujos y se glorian en su poder y riquezas, tu estás ahí con esa ropa esplendorosa ante los ojos del mundo, pero no conocida por Dios.

Arrepientete sino llegará el día en el que tu vas a pretender entrar en las bodas del Cordero, pero los del Reino del Padre no te conocerán, y el Rey mismo te dirá que no te conoce por tu vestidura inmunda, aquella a la que tu considerabas real y majestuosa.

"Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos. 9Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. 10Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.
11Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. 12Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. 13Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes"(Mateo 22:8--11).

¿Te das cuenta? Si vives en el Reino de Dios, sus mandamientos debes obedecer, no hay lugar a otro, la vestidura que el te dá es la que hace tu luz brillar en este mundo, pero andas caminando por el mundo y no hay diferencia entre los incrédulos y tu, las vestiduras son las mismas.

Pero si de verdad has creído en el Evangelio y te has arrepentido, tu vestidura será claramente visible por los hombres del mundo y glorificaran a Dios, no a ti, ni a tus conquistas vanas, sino a Dios que te resucitó de entre los muertos y te dió tal honra, estarás revestido de Mateo 5 y el Espiritu Santo no dejará que esa ropa envejezca, mira a modo ejemplo la ropa de Israel, en todo su camino la ropa no se envejeció, es un pobre ejemplo, pero es real cuando Dios nos da tal honra.

"Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse"(Lucas 15:17-24).

¿Puedes ver? ¿Que haras cuando te falten todas las mentiras que te hacen creer esos mentirosos y avaros? Medita y arrepientete, vuelve al Único Rey para que tus vestiduras sean verdaderas.

El Reina en nosotros en este mundo, pero no para satisfacer nuestros caprichos, sino para mostrar su sabiduría , misericordia y ser en nosotros santificado y glorificado.

Dios cien años antes que naciera le puso nombre a Ciro, Rey de Persia, quien iba a dejar en libertad de la cautividad babilónica a Israel, pero Dios venía anunciando la venida del Rey y Salvador que nos libraría de la esclavitud del pecado, si Israel debía respeto al Rey de persia, cuanto mas nosotros si decimos creer en el Rey y nuestro Salvador Jesús, debemos temblar ante él.

El rey de persia cuando conquistó babilonia, dandole destrucción al reino caldeo, fué el instrumento en las manos de Dios para hacer regresar a su pueblo a su tierra, para que ellos volvieran a adorar a Dios con gozo de corazón, Jesús vino para destruir las obras del diablo, esto es a su reino, me ha librado de sus garras y por él vuelvo a Dios para adorarlo en verdad.

Pero tu lo rechazas! Lo niegas! por que sus vestiduras son locuras para ti, te has embriagado en el rey ostentoso de meras cosas terrenales que satanás te ha mostrado, él es tu rey si es que andas en toda avaricia, mentira y maldad.

Nos insultan, nos ofenden, por hablar que el Rey verdadero es otro al que este cristianismo falso llama rey

¿Cómo puedes conocer los mandamientos del Reino de Dios? ¿Cómo puedes saber acerca del Rey verdadero? ¿Como puedes ser vestido de la fragancia de Cristo?

Lee esta palabra y guardala en tu corazón.

"Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad"(Juan 17:17).

Tira a la basura todos los libros de hombres que tienes, solo agarra la Biblia en tus manos, comienza a leerla con corazón quebrantado como el corazón de aquel jovén de la parábola, tu mayor bien es ser vestido con ropas del Reino de Dios, no desprecies este bien.

Es real que somos sacerdotes y reyes de Dios en esta tierra, pero no para vivir como enseñan los falsos profetas en deleites, lujos, avaricia, sino para vivir como el ánduvo.

"El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo".

Dios los bendiga.




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