domingo, 4 de agosto de 2013

El Señor dice: ¡Salid de en medio de ella pueblo mío!


Amados en Cristo:

Quiero compartir con todos vosotros esto que hace un tiempo el Señor venía colocando en nuestro corazón, esto ha sido de gran bendición para nosotros, rogamos a Dios que sea de bendición para todos los hermanos que lo lean.

Porque verdaderamente en este falso cristianismo se ha hecho del Apocalipsis una película de ciencia ficción, donde siguen esperando el Anticristo, la marca de la bestia, el chip, la batalla, el superhombre que se entroniza en fin....

Para resumir quiero decir que si no abrimos nuestros ojos de este engaño de satanás, vamos a quedar dormidos y el Señor regresará y seguiremos esperando las "señales" cuando hace cientos de años todo esto que bien lo llamamos Apostasía y Falso cristianismo está operando en el mundo, verdaderamente estamos viviendo los últimos tiempos. Nos ocurrirá como aquellas vírgenes insenzatas de la parábola, la negligencia que hoy existe se debe a la pura obra y responsabilidad de los ministros de satanás, pero fiel es el Señor que no va a dejar a sus hijos sin entendimiento, para que todos en amor seamos edificados.

Dios los bendiga amados hermanos en Cristo!!


Qué o quién es la bestia de los capítulos 13 y 17 del Apocalipsis? ¿Qué profetiza la Biblia sobre los acontecimientos mundiales que culminarán en el Armagedón y el fin de esta era? Este folleto trata sobre los gobiernos y las guerras que conducirán al fin de este mundo.


LA PROFECÍA BÍBLICA revela hechos de nuestros días y acontecimientos que pronto sacudirán al mundo y ¡afectarán la vida de todos los habitantes de la tierra! Muchos de estos sucesos estremecedores están predichos, en lenguaje simbólico, en las profecías sobre una misteriosa bestia.
La Biblia es el libro de historia, profecía y conocimiento revelado por Dios. Revela el propósito de Dios y su plan maestro para la humanidad desde su origen hasta la eternidad. Pero la Biblia es ante todo un libro acerca de Israel, la nación escogida, y otras que han estado en contacto con ella.
Poco sabemos acerca de las naciones, o si hubo naciones en la tierra, antes del diluvio. Mas poco después, Nimrod fundó las ciudadesestado de Babilonia, Nínive y otras. Con el correr del tiempo surgieron naciones como Egipto, Asiria y algunas otras. Para finales del siglo séptimo antes de Cristo el rey Nabucodonosor había fundado el primer imperio mundial o unión de naciones.
La Biblia revela la historia y las profecías que tienen que ver con la historia de los imperios mundiales gentiles a partir de la Babilonia de Nabucodonosor y hasta la segunda venida de Cristo, así como la historia y la profecía futura de Israel.
Este folleto explica el verdadero significado de estos dos sistemas de naciones, su importancia para nosotros hoy y lo que está profetizado para el futuro inminente.
Primero, ¿qué o quién es la misteriosa "bestia" salvaje de Apocalipsis 13 y 17? Quien tenga su marca ¡sufrirá las últimas siete PLAGAS! ¿Es un misterioso dictador mundial, una especie de superhombre? ¿Es el anticristo? ¿Un gobierno? ¿Una iglesia?
La pregunta más importante del momento es: ¿Qué o quiénes son la BESTIA, la IMAGEN de la bestia y la MARCA de la bestia mencionadas en el libro de Apocalipsis?
Sea cual fuere el significado de este extraño animal, esta curiosa imagen y esta misteriosa marca, ¡a todos nos conviene saberlo! Porque los de esta generación actual son los que adorarán a la bestia o su imagen y recibirán su marca. Son éstos los que sufrirán la tortura indescriptible de las últimas siete plagas.
El tiempo se acerca cuando las plagas de la ira divina se derramarán puras, sin diluir, con toda su fuerza sobre un mundo negligente que desafía a Dios, y sobre un cristianismo descuidado, tibio e indiferente.

¿Quiénes sufrirán las plagas?
En el libro de Apocalipsis Juan nos da el último mensaje de advertencia: "Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira" (Apocalipsis 14.9-10). Esta profecía es muy significativa porque revela, por adelantado, acontecimientos que sucederán en el futuro inmediato.
En su visión del pavoroso "día del Señor", Juan ve cómo empiezan a caer estas plagas: "Y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas… Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen" (Apocalipsis 15.6; 16.2).Todas las señales indican que estas cosas sucederán casi seguramente dentro de pocos años; ¡y que hundirán al mundo en el estado más desesperado de dolor y angustia que jamás haya conocido!
Quienes van a sufrir la ira del Dios todopoderoso son los adoradores de la bestia o de su imagen o los que tienen su marca.
Es inútil tratar de imaginarse, como hacen tantos, cuál puede ser la marca de la bestia. Estas profecías son reales. Son inminentes. Puesto que éstas y otras profecías no habían sido entendidas hasta ahora, aun las iglesias, los teólogos y los evangelistas suelen pasar por alto la profecía, especialmente estas profecías inminentes. Muchos especulan al respecto, pero Dios dice: "Mis pensamientos no son vuestros pensamientos" (Isaías 55.8).
No podemos deducirlo por lógica. Estamos cara a cara con una dura realidad, ¡no un cuento de hadas! Sólo hay una manera de saber la verdad: Estudiar cuidadosa y prudentemente, con oración, con la mente entregada al Espíritu Santo y guiada por él, y con todo el testimonio de todas las escrituras que se relacionan con este asunto.
No podemos identificar la marca sin antes saber qué o quién es la bestia, porque la marca es de la bestia. Entonces, ¿qué o quién es la bestia?

La descripción bíblica de la bestia
Leamos cuidadosamente la descripción que nos da la Biblia: "Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad" (Apocalipsis 13.1-2). Esta es una descripción que IDENTIFICA a la bestia.
Si esta bestia fuera algún misterioso superhombre o un anticristo próximo a surgir como dictador mundial, sería un individuo de aspecto bastante curioso, pues tendría siete cabezas y 10 cuernos. ¿Ha visto usted algún hombre con siete cabezas y 10 cuernos que salen de una de sus cabezas? ¿Alguna vez vio a un hombre parecido a un leopardo? ¿O puede imaginarse a un superhombre con pies de oso y boca de león saliendo de algún océano?
Todos estos, pues, son símbolos. La palabra bestia es en sí un símbolo. Y nuestro problema es interpretar los símbolos porque ellos representan cosas muy reales. Pero el hombre no es capaz de interpretar los símbolos bíblicos. Cuando sepamos qué son las cabezas y los cuernos, qué son los pies del oso, la boca del león y la semejanza del leopardo, entonces podremos saber qué o quién es la bestia.

La Biblia interpreta sus propios símbolos
El punto que queremos recalcar es que la Biblia interpreta sus propios símbolos y revela su significado. Si queremos hallar la verdad, hemos de guiarnos exclusivamente por la interpretación de la Biblia, no por las interpretaciones ni la imaginación del hombre.
En el capítulo 7 de Daniel encontramos exactamente los mismos símbolos: las bestias, las siete cabezas, los 10 cuernos y también el león, el oso y el leopardo. Y la Biblia nos dice lo que estos símbolos representan.
Dios le había dado a Daniel entendimiento en sueños y visiones (Daniel 1.17). El Profeta tuvo un sueño y una visión (Daniel 7.1) en que vio cuatro grandes bestias (versículo 3). Nótese que al igual que en el libro de Apocalipsis, las bestias subían del mar.
La primera era como un león (versículo 4), la segunda como un oso (versículo 5), la tercera como un leopardo (versículo 6) y ¡la cuarta era tan espantosa y terrible que no podía compararse con ninguna bestia de la tierra! (versículo 7).
La bestia que se parecía a un león tenía una sola cabeza, la que se parecía a un oso tenía una y la cuarta bestia también tenía una. Pero la tercera bestia, la que se parecía a un leopardo, tenía cuatro cabezas, ¡dándonos un total de siete! De la grande y horripilante cuarta bestia salían 10 cuernos.
Ahora veamos la última parte del versículo 16, donde se nos da la interpretación de las cosas. La pregunta es: ¿Aceptaremos la interpretación dada en la Biblia de las siete cabezas, los 10 cuernos, el león, el oso y el leopardo?
"Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantarán en la tierra". Ésta es la interpretación dada por el versículo 17.
La palabra rey es sinónima de reino y se emplea en el sentido de que el rey representa el reino sobre el cual gobierna, pues en el versículo 23 leemos: "La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra". Nótese también que la palabra reino se emplea en el mismo sentido en los versículos 18, 22, 24 y 27.
Ahora, ¿qué representan los cuernos? Veamos el versículo 24: "Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes".
Nótese que los 10 cuernos, o sea 10 reinos o gobiernos sucesivos, SURGEN DE UN REINO, no de un hombre ni de un superhombre. Esto aclara que esta bestia no es un hombre misterioso, un personaje que está por aparecer. También aclara que la bestia no es una iglesia, como dicen algunos, pues de ninguna iglesia han salido ni saldrán 10 reinos.
Como la palabra rey en estas profecías se refiere al respectivo reino representado por él, y como las palabras rey y reino son sinónimos en la Biblia, entonces ¡los 10 cuernos son 10 reinos sucesivos que saldrán del cuarto reino que había de gobernar la tierra!

La identificación de los reinos
Estos mismos reinos gentiles, los cuatro que gobernarían al mundo, se describen en el capítulo segundo de Daniel. El rey Nabucodonosor del Imperio Caldeo, que había llevado a los judíos en cautiverio, tuvo un sueño cuyo significado fue revelado por Dios a Daniel.
El sueño se relata en los versículos 31-35. El Rey vio una gran imagen que tenía la cabeza de oro, el pecho y los brazos de plata, el vientre y los muslos de bronce, las piernas de hierro y los pies de hierro y barro cocido. Una piedra, no traída por hombres sino por vía sobrenatural, cayó sobre los pies de la imagen y la rompió en pedazos que el viento se llevó. Luego la piedra se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra.
"Este es el sueño", dice Daniel a partir del versículo 36. "También la interpretación de él diremos en presencia del rey… tú eres aquella cabeza de oro. Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo" (versículos 36-40).
La interpretación de la piedra que rompe el hierro y el barro de la imagen aparece en el versículo 44: "Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre".
La piedra es Cristo y su reino de dominio mundial. La interpretación de la piedra aparece en muchos lugares de la Biblia. "Jesucristo de Nazaret… es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo" (Hechos 4.10-11).
Vemos aquí, pues, cuatro reinos gentiles de alcance universal que gobiernan al mundo. Empiezan con el Imperio Caldeo, que llevó a los judíos cautivos a Babilonia.
Dios había prometido a la antigua Israel que si guardaba sus mandamientos, si era su nación obediente, crecería hasta convertirse en una multitud de naciones, o un imperio, que dominaría al mundo entero. Pero si no obedecía, sería llevada cautiva por naciones gentiles (Levítico 26 y otras profecías).
La antigua Israel fue puesta a prueba a lo largo de siglos y generaciones. Por su desobediencia, fue llevada en cautiverio por Nabucodonosor, quien había levantado el primer imperio mundial.
Pero tal como Dios lo reveló en el capítulo 2 de Daniel, fue Dios quien había dado dominio mundial a esta sucesión de imperios gentiles. Éstos constituyen uno tras otro cuatro grandes reinos mundiales y del cuarto salen 10 gobiernos sucesivos. Esta sucesión se prolonga hasta el tiempo de la segunda venida de Jesucristo y el establecimiento del reino de Dios que llenará toda la tierra y durará para siempre.

La cuarta bestia
Es claro que aquí se describen las mismas potencias gentiles universales representadas por las cuatro bestias de Daniel. Y la imagen identifica cuáles son. La primera fue el reino de Nabucodonosor: el Imperio Caldeo, llamado Babilonia por su ciudad capital (625-539 a.C.).
Le sigue el segundo reino, y la historia nos dice que éste fue el Imperio Persa (558-330 a.C.).
Todo estudiante de historia antigua conoce el tercer reino mundial, que fue Grecia o Macedonia bajo Alejandro Magno, conquistador del gran Imperio Persa (333-330 a.C.). Alejandro vivió sólo un año más después de su veloz conquista y sus cuatro generales dividieron el vasto imperio en cuatro regiones: Macedonia y Grecia, Tracia y Asia occidental, Siria y el territorio al oriente del río Indo, y Egipto. Estas divisiones corresponden a las cuatro cabezas de la tercera bestia de Daniel 7.
El cuarto reino, que tuvo su origen en Roma, se extendió y absorbió las cuatro divisiones una tras otra. Esta cuarta bestia, "espantosa y terrible y en gran manera fuerte", fue el Imperio Romano (31 a.C. 476 d.C.).

El simbolismo de los cuernos
Ahora veamos el simbolismo de los cuernos de la cuarta bestia de Daniel 7 y de la bestia de Apocalipsis 13.
Los 10 cuernos simbolizan una misma cosa: las 10 eras de gobierno que surgirían del Imperio Romano después de su caída en el año 476. "Y los diez cuernos significan que de aquel reino [del cuarto, o sea el Imperio Romano, 31 a.C. 476 d.C.] se levantarán diez reyes… y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo" (Daniel 7.24, 27).
Los 10 cuernos son, pues, 10 gobiernos que saldrán del Imperio Romano. Estos reyes, llamados también reinos, se prolongan desde el año 476 hasta el momento en que la piedra (Cristo y su reino) triture los pies de la imagen y el reino sea entregado a los santos.
Por lo tanto, como en la historia no ha habido nunca 10 reinos contemporáneos que hayan salido del Imperio Romano simultáneamente, y como sí ha habido nueve reinos sucesivos gobernando sobre ese territorio (esto lo explicaremos más adelante) desde el año 476 hasta el presente, sabemos que los reinos representados por los cuernos son sucesivos y no contemporáneos.

La herida mortal
Ahora volvamos a la descripción de la bestia en Apocalipsis 13: "Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses" (versículos 3-5).
La bestia aquí representada es la que reunió el esplendor real y el poderío simbolizados por la boca del león (Babilonia), junto con la fuerza simbolizada por los pies del oso (Persia) y la ligereza, astucia y crueldad del leopardo (Grecia).
Como la interpretación de estos símbolos aparece en Daniel 7, y como la cuarta bestia tenía 10 cuernos, la interpretación bíblica es que la bestia de Apocalipsis 13 corresponde a la cuarta bestia de Daniel 7, es decir, al Imperio Romano de los años 31 a.C. a 476 d.C.
La bestia descrita por Juan en Apocalipsis 13 incluye siete cabezas, pero la única cabeza que existía en el momento cuando Juan vio esta extraña bestia (que incluía las características más poderosas de todas sus antecesoras) era la que correspondía a la cuarta bestia de Daniel, que tenía la séptima cabeza y también los 10 cuernos. Por lo tanto, la cabeza que recibió la "herida de muerte" (Apocalipsis 13.3) fue la séptima cabeza del Imperio Romano, aquella que dio origen a los 10 cuernos.
Los 10 cuernos, según los interpreta Daniel, representan 10 gobiernos sucesivos surgidos del Imperio Romano y que habían de prolongarse hasta el establecimiento del reino de Dios a la segunda venida de Cristo.
La herida de muerte, pues, se le propinó al Imperio Romano en las últimas etapas de su decadencia, cuando fue invadido por los bárbaros que pusieron fin a su gobierno en el año 476.
También leemos que el dragón entregó su poder a la bestia. ¿Quién es el dragón?
Algunos han dicho que es la Roma pagana, pero nosotros nos guiaremos únicamente por la interpretación que la Biblia da de sus propios símbolos. Vemos, entonces, que el dragón es un símbolo de Satanás el diablo.
Leamos Apocalipsis 12: "El gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás… fue arrojado a la tierra… el diablo ha descendido a vosotros con gran ira… Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra…" (versículos 9, 12-13). "Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás" (Apocalipsis 20.2).
La gente adoraba a la bestia (Apocalipsis 13.4). Algunos deducen por esta sola afirmación que la bestia es el papado. ¡Parecen ignorar que el pueblo adoraba al Imperio Romano y sus emperadores!
Nótese cómo adoraban a la bestia, diciendo: "¿Quién podrá luchar contra ella?" El Imperio Romano fue la potencia bélica más grande que el mundo había conocido. Esta bestia mataba a espada (versículo 10).
La historia nos narra que los emperadores romanos eran objeto de culto, pues el paganismo era la religión del Estado. Citamos a continuación del libro Medieval and Modern Times (Tiempos medievales y modernos) de James H. Robinson, página 7: "El culto al emperador: En síntesis, el gobierno romano no sólo estaba maravillosamente bien organizado… todos tenían que unirse al culto del emperador porque él representaba la majestad y la gloria del dominio… todos estaban obligados, como buenos ciudadanos, a participar en los sacrificios oficiales ofrecidos al jefe de estado como un dios".
Cuando la séptima cabeza de esta gran bestia recibió su herida mortal en el año 476 de nuestra era, ¿señaló esto su fin? No. La profecía dice que "su herida mortal fue sanada… y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses" (versículos 3, 5).
Los 10 cuernos representan 10 reinos sucesivos que surgirían de ese reino. Por lo tanto, la bestia se perpetúa en sus 10 cuernos (que salen de la cabeza simbólica del Imperio Romano, 31 a.C.: 476 d.C.) hasta la venida de Cristo.
Se nos dice que una de las cabezas recibió una herida de muerte. La bestia incluía las siete cabezas y los 10 cuernos. Juan ve a la bestia viva en los días de su séptima cabeza, el Imperio Romano. Y cuando esa cabeza de la bestia recibió su herida, la herida sanó. Ahora los cuernos reinan uno por uno.
El Imperio Romano en África del Norte fue invadido por los vándalos, que luego saquearon a Roma en el año 455. Después, en el año 476 Odoacro estableció en Roma su gobierno de los hérulos. Pero esto no sanó la herida de muerte porque se trataba de un gobierno situado en Roma pero no romano sino de los bárbaros extranjeros. Después vino el reino de los ostrogodos (493-554). Este fue otro pueblo extranjero que gobernó ese territorio, pero fue expulsado de Italia y desapareció.
Estos tres reinos que barrieron el territorio romano llenaron el período que la historia conoce como la "edad de transición" (ver Ancient History, Historia Antigua, de Philip Myers, Página 571), o sea una TRANSICIÓN entre la herida y el momento en que ésta se sanó.
Luego Daniel vio un "cuerno pequeño" que surgía entre estos 10 y que arrancó a los tres primeros (Daniel 7.8). Eso deja siete cuernos por venir. Daniel dice que ese cuerno pequeño "parecía más grande que sus compañeros" (versículo 20). El papado dominó completamente a todos los cuernos subsiguientes.


La herida sanada
El cuarto reino (simbolizado por el cuarto cuerno), posterior a la caída del imperio en el año 476, fue el que realmente SANÓ la herida mortal restaurando el imperio.
En el año 554 de nuestra era Justiniano, emperador del oriente en Constantinopla, estableció su gobierno mediante un legado imperial en Ravena, Italia, y realizó lo que se llama en la historia la "Restauración Imperial".
Ahora nótese el versículo 5 de Apocalipsis 13. Una vez sanada, la bestia recibió poder "PARA ACTUAR CUARENTA Y DOS MESES". En las profecías relativas al tiempo del castigo de Israel, cada día corresponde a un año de cumplimiento (Ezequiel 4.4-6; Números 14.34). Por lo tanto, 1a bestia sanada ha de seguir actuando 1.260 años.
Sanada la herida en el año 554, vino el Reino Franco (francés), seguido del Sacro Imperio Romano (Alemania y luego Austria) y el reino de Napoleón (francés). Con la derrota de Napoleón en 1814, la bestia sanada no siguió actuando. "Así tocó a su fin un gobierno que se remontaba a César Augusto [del año 31 a.C.]", dice Modern History (Historia Moderna) de Willis M. West. ¡Cayó en un abismo!
Del año 554 al año 1.814, período que corresponde a la "bestia sanada", ¡hay exactamente 1.260 años!
En ese momento ocho de los cuernos habían surgido y habían desaparecido, y la bestia cayó en el estado de inexistencia simbolizado por el "abismo" en Apocalipsis 17.8. Mas para el año 1.870 Garibaldi había reunido las divisiones de la península italiana en una nación y el reino así establecido dio comienzo al noveno cuerno, que culminó con el gobierno de Mussolini.

La mujer y las cabezas
Más adelante hablaremos en más detalle sobre el capítulo 17 del Apocalipsis en relación con lo anterior. Ahora debemos aclarar que la mujer mencionada en este capítulo no cabalgó sobre parte alguna de la bestia de Apocalipsis 13 ¡excepto los siete últimos cuernos! Ella es el “cuerno pequeño” de Daniel 7, que “parecía más grande que sus compañeros” e hizo que fueran arrancados los tres primeros.
Como en el capítulo 17 del Apocalipsis la mujer cabalga sobre las siete cabezas de la bestia, y como ella no cabalgó sobre las cabezas de la bestia de Apocalipsis 13 sino sobre sus últimos siete cuernos, podemos deducir que los siete cuernos de la “bestia sanada” de Apocalipsis 13 corresponden a las siete cabezas de la bestia de Apocalipsis 17.
Nótese que cuando Juan ve la bestia dice que “cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido” (Apocalipsis 17.10). Los cinco que “han caído” son aquellos que existieron durante los 1.260 años en que la bestia sanada recibió poder, de manos de una autoridad religiosa, para seguir actuando. El que “es” se refiere al reino que se prolongó desde Garibaldi hasta la caída de Mussolini. No podía compararse con el poderoso Imperio Romano de la antigüedad, por lo cual durante la etapa de este noveno cuerno (Apocalipsis 13), o sexta cabeza (Apocalipsis 17), Juan dice que “era, y no es; y está para subir del abismo”.
La séptima cabeza con sus 10 cuernos en el capítulo 17 será, como lo explica ese capítulo, una resurrección de la bestia, el Imperio Romano que surgirá del “abismo”. Esto corresponde a una confederación de 10 naciones europeas situadas dentro de los contornos del antiguo Imperio Romano (Apocalipsis 17.12-18). ¡Esto ya comienza a hacerse realidad!
En Apocalipsis 17.11 el imperio dominado por una iglesia se llama “un octavo” (versión de Nácar-Colunga, traducción correcta) y es “de los siete”. ¿A qué se refiere el número siete en este versículo y por qué se dice que es “un octavo”?
El número siete se refiere a las siete cabezas que representan a los reinos de Babilonia (1), Persia (2), Grecia (3, 4, 5, 6) y Roma (7) ver la tabla de la página 19. La bestia de Apocalipsis 17 simboliza el Imperio Romano restaurado (a partir de la Restauración Imperial de Justiniano en el año 554). Éste, aunque es una continuación de la séptima cabeza, se distingue del Imperio Romano original por el hecho de ser dominado por una iglesia. Es debido a esta diferencia que la Roma restaurada es considerada como “un octavo”.



¿Qué representa 666, el número de la bestia?
¿Dónde encontraremos el misterioso número 666? ¿Acaso es la corona papal, como dicen algunos, la señal que identificaría al pontífice como la bestia de Apocalipsis 13? ¿O debemos buscarlo en otra parte?
Veamos los pasajes de las Sagradas Escrituras que se refieren directamente a este número: “Y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis” (Apocalipsis 13.17-18).
“Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios” (Apocalipsis 15.2).

Algunos datos importantes
De estos pasajes se desprende lo siguiente:
1) La bestia tiene un número y, si tenemos sabiduría, podremos identificar la bestia por su número.
2) El número es 666.
3) Debemos contar el número, o sea sumarlo. El único otro lugar donde aparece la misma palabra griega en la Biblia es Lucas 14:28: “calcular los gastos”.
4) Este número, 666, es el número de la bestia. La única interpretación bíblica de esta bestia simbólica es un reino o el rey que lo gobierna (Daniel 7.l7,18,22,24,27; nótese que, según este simbolismo, el rey y su reino son sinónimos). Por lo tanto, el número 666 debe ser el número del reino o gobierno o imperio, así como el número del rey que lo funda o lo gobierna.
5) La expresión “el nombre de la bestia, o el número de su nombre” muestra claramente que el número 666 es el número del nombre que corresponde al reino o imperio. La expresión “es número de hombre” señala que también debemos contar este número en el nombre del rey o gobernante de aquel reino identificado como la “bestia”.

La bestia no es la mujer
En el capítulo 17 del Apocalipsis encontramos una bestia y montada sobre ella una mujer grande y rica pero prostituida. La Biblia describe la “mujer” simbólica como una iglesia (ver 2 Corintios 11.2; Apocalipsis 19.7; Efesios 5.22-27). Al mismo tiempo, una bestia es símbolo de un reino o imperio.
Seamos consecuentes. La bestia de Apocalipsis 13 no es la mujer que cabalga sobre la bestia. La bestia es el gobierno y la mujer es una iglesia.
¡La bestia de Apocalipsis 13 es el Imperio Romano! Esta bestia recibió una herida mortal (Apocalipsis 13.3). Esto significa que dejó de existir o funcionar como lo había hecho desde el año 31 a.C.; pero su herida mortal fue sanada, después de lo cual siguió existiendo otros 1.260 años (versículo 5).
Quienes piensan que la bestia es una iglesia dicen que esta herida mortal ocurrió en el año 1.798. Pero la iglesia no dejó de funcionar aquel año. La ofensa de Napoleón al papa en aquel año mal podría considerarse una herida mortal. Quienes enseñan tal cosa no esperan que esa iglesia continúe existiendo otros 1.260 años.

El fundador de Roma
El fundador y primer rey de Roma fue Rómulo. De él tomó su nombre el Imperio Romano. Su nombre, nombre de un hombre, es también el nombre del reino. Y todo ciudadano de ese reino lleva el mismo nombre: todos son llamados romanos.
Juan empleó, la lengua griega al escribir esta revelación y al decirnos que contáramos el número de la bestia. Por lo tanto debemos buscar este nombre y el número 666 no en latín. sino en el idioma de la Biblia.
“Todos conocemos el sistema de números romanos representados por letras. Sabemos que la I es 1, la V es 5, la X es 10, etc. Pero muchos ignoran que la lengua griega, en que se escribió el libro de Apocalipsis, también utiliza letras para expresar los números.
En el siglo segundo de nuestra era se entendía que originalmente la versión griega del nombre Rómulo era Lateinos, que significa “latino” o “el nombre de Latium”, región de donde los romanos tomaron su origen y su lengua. Esta palabra también significa “romano”.
En griego, la L es 30, la A es 1, la T es 300, la E es 5, la I es 10, la N es 50, la O es 70, la S es 200. La suma de estas cifras ¡es exactamente 666!
No es coincidencia que el nombre del reino, así como el de su fundador y primer rey, al igual que el nombre de cada súbdito de ese reino, ¡sume exactamente 666!
¡No hay duda de que la bestia está identificada! Este número está estampado en forma indeleble sobre el Imperio Romano.
Algunos preguntarán si este nombre se aplica al papa. Hay quienes enseñan que las palabras Vicarius Filii Dei se encuentran en la tiara papal. El pontífice sí utiliza a veces la tiara (una mitra de tres coronas), pero en ella no están inscritas esas palabras. Debemos tener cuidado de comprobar todas las cosas.
Además, dichas palabras están en latín y no en un idioma bíblico. Por otra parte, no se trata de un nombre sino de un título, y lo que debemos contar es el nombre de la bestia y el número del nombre de un hombre. También, ese título latino no se aplica a un reino o imperio sino a un individuo únicamente.
Vemos que el número 666 está estampado en el Imperio Romano, en el fundador y primer rey de los latinos y en todos los romanos. ¿Podría haber pruebas más definitivas?

La bestia de dos cuernos
Satanás tiene su gobierno civil en la tierra, al cual ha dado “su poder y su trono, y grande autoridad”.
También se vale de la religión organizada como instrumento para engañar al mundo. En 2 Corintios 11.14 vemos que Satanás se hace pasar por “ángel de luz”. Según Apocalipsis 12.9 y 20.3, ha engañado al mundo entero. ¿Cómo?
Pablo nos dice en 2 Corintios 11.13-15 que Satanás tiene sus ministros que se hacen pasar por ministros de justicia pero que son falsos apóstoles, obreros fraudulentos que se dicen ministros de Cristo, se dicen ministros cristianos. Y son muchos, no pocos, pues todas las profecías dicen que los engañados son la mayoría. El esfuerzo principal de Satanás durante estos 6.000 años se ha encaminado hacia el engaño del mundo.
Ahora pasemos al capítulo 13 del Apocalipsis y comencemos a leer en el versículo 11: “Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón”.
¿Qué o quién es esta bestia?
Algunos dicen que serán los Estados Unidos aliados con el papado. Otros piensan que es una federación de iglesias protestantes. La mayoría de las entidades religiosas hacen caso omiso del tema o simplemente dicen: “No sabemos”.
¿Por qué existe tanta ignorancia cuando la respuesta es tan clara?

La interpretación bíblica
Recordemos primero que la Biblia interpreta sus propios símbolos. Cuando los hombres dan su propia interpretación a los símbolos bíblicos, ¡sus conclusiones siempre son erradas!
Nótese que Juan ya había visto una bestia, que es el Imperio Romano. Ahora ve una diferente, una bestia distinta.
Hemos aprendido que una bestia es símbolo de un reino o gobierno civil, y el término representa o bien el reino o bien su jefe, según el caso (Daniel 7.17, 23). Por lo tanto, esta otra bestia de dos cuernos es el símbolo profético de otro reino o gobierno.
En estas profecías Dios nos muestra los gobiernos gentiles del mundo representados como bestias cuyas características los describen. Esta bestia de dos cuernos parecía un cordero pero hablaba como dragón. Esta última característica muestra su verdadera naturaleza, pues “de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12.34).
¿Qué simboliza la palabra cordero en la Biblia? Simboliza a Cristo (Juan 1.29; Apocalipsis 17.14). Y el dragón es un símbolo del diablo (Apocalipsis 12.9; 20.2).
Aquí tenemos, pues, un reino o gobierno que se hace pasar por el de Cristo, o sea por el reino de Dios.
Cristo no estableció un gobierno (reino) la primera vez que vino a la tierra. Luego de su resurrección, los discípulos le preguntaron si iba a restaurar el reino en ese momento (Hechos 1.6), mas no lo hizo.
La Iglesia no es el reino. Como algunos pensaban que lo era, Jesús les narró la parábola de Lucas 19:11- 27 para mostrarles que primero Él tenía que ascender al trono de su Padre en el cielo y recibir el poder real para regresar como Rey de reyes y fundar el reino mundial de Dios.
Pero Satanás se dedica a engañar y ha desorientado al mundo haciéndole creer que su sistema satánico de iglesias constituye el reino de Dios.
Ahora veamos Apocalipsis 13.12: “Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella”.
La primera bestia es el Imperio Romano. Aquí hay otro gobierno que se hace pasar por el gobierno de Cristo o reino de Dios y que toma, ejerce, aplica y emplea todo el poder del primer reino.
¿Cuándo sucede esto? “Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada” (versículo 12).
Tiene que ocurrir después de sanada la herida mortal del año 476. Esta herida sanó cuando Justiniano impuso la restauración del Imperio de Occidente en el año 554 de nuestra era. Por lo tanto, este gobierno religioso ejerció su poder después del año 554, fecha en que se restauró el Imperio Romano.
La profecía, pues, nos muestra un gobierno (religioso) que se presenta como el gobierno de Cristo haciéndose pasar por el reino de Dios y que ejerce dominio sobre el Imperio Romano civil después del año 554 d.C.
En esa época se enseñaba que la segunda venida de Cristo se cumplía en la persona de los jefes de la iglesia y que el milenio ya había empezado.
Durante 1.260 años los emperadores reconocieron el poder supremo de la religión. La iglesia se organizó como gobierno dual (simbolizado por sus dos cuernos o reinos, pues los cuernos también simbolizan reinos, ver Daniel 7:24). Incluía el gobierno eclesiástico pero era al mismo tiempo un gobierno estatal o civil, que siempre ocupó cierto territorio sobre el cual gobernó como estado soberano e independiente... además de gobernar sobre el vasto reino civil llamado el Sacro Imperio Romano. Hoy sigue siendo un estado soberano independiente.
Nótese que esta segunda bestia tendría poder sobre toda la tierra. Haría que la tierra y sus habitantes adoraran a la primera bestia “cuya herida mortal fue sanada” después del año 554.
Algunas enciclopedias traen la historia de este suceso bajo el título “Milenio”. Allí narran cómo el Sacro Imperio Romano se llamó el “reino de Dios en la tierra”. ¡Se decía que el milenio ya había llegado!
Ahora veamos Apocalipsis 13.14: “Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia”. El versículo 13 dice que “hace grandes señales”.
Tomemos nota, pues, de estos tres puntos:
1) Esta bestia hace grandes milagros.
2) Los hace “en presencia” del Sacro Imperio Romano, o sea de la primera bestia.
3) Con estos milagros engaña a todas las naciones.

Engañadas todas las naciones
¿En qué otra parte de la profecía bíblica encontramos estos mismos datos?
Primero pasemos a Apocalipsis 17. Aquí vemos una mujer. En 2 Corintios 11.2, Efesios 5.22-27 y otras partes aprendemos que una mujer es símbolo de una iglesia. En este caso se trata de una mujer incasta, una iglesia apóstata, que ejerce dominio sobre muchas naciones (Apocalipsis 17.1, 15).
El versículo 3 nos muestra a esta iglesia falsa cabalgando sobre una bestia “que tenía siete cabezas y diez cuernos”. Una mujer montada sobre un caballo lo guía y lo controla, y éste la obedece.
Ahora el versículo 18 nos dice que la mujer “es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra”. En el versículo 2 habíamos visto que los habitantes de la tierra fueron engañados por este cristianismo falso. Y Apocalipsis 18.3 añade que ha engañado a todas las naciones.
Ahora pasemos a 2 Tesalonicenses 2.3-4. El día de Cristo y su venida no llegará hasta que se cumpla la apostasía y hasta que se revele un “hombre de pecado”. Éste se exalta sobre todo lo que se llama Dios. Como Dios, se sienta en el templo que según dicen es el templo de Dios y se muestra engañando a la gente para que lo acepten como Dios. Dios es nuestro Padre santo. El personaje que en ese entonces ocupará esta posición religiosa tomará este mismo título.
Este hombre maligno será destruido por Cristo a su segunda venida (versículo 8).
Los versículos 9 y 10 nos hablan de un “inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales [milagros] y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad”.
Se trata de una figura religiosa importante, que hará milagros y prodigios con los cuales engañará a la gente de todo el mundo.

En Armagedón

Este gobernante religioso y fraudulento actuará hasta el momento del Armagedón y la segunda venida de Cristo.
En Apocalipsis 16.13-16 se describen tres espíritus inmundos, surgidos del dragón (que es el diablo), de la bestia (que es el gobernante civil romano) y de la boca del falso profeta (que se asocia con este último).
El versículo 14 prosigue: “Pues son espíritus de demonios, que HACEN SEÑALES [milagros], y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso”. El lugar donde se reúnen se llama Armagedón.
Reflexionemos. Este futuro gobernante romano, como el Imperio Romano, ha de surgir junto con un gran dirigente religioso... ¡todo esto con el poder y bajo la influencia del diablo! ¡Hará milagros!
Todas las profecías relacionadas con este tema muestran que estas dos potencias hacen las mismas cosas.
Ahora veamos la última batalla del “gran día del Dios Todopoderoso” en Apocalipsis 19.19-20.
Vemos aquí a la bestia, “y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen”.
Comparemos esto con la bestia de dos cuernos en Apocalipsis 13.11-17:
1) Ambos hacen milagros.
2) Ambos los hacen en presencia de la bestia.
3) Con estos milagros, tanto el falso profeta como la bestia de dos cuernos engañan a los que tienen la marca de la bestia; les hacen recibir esa marca (Apocalipsis 13.16).
Sin duda, esta bestia de dos cuernos, así como el falso profeta, el hombre de pecado y la mujer que cabalga sobre la bestia representan todos un cristianismo falso.
Ahora bien, la bestia de dos cuernos, ¿engaña a aquellos que tienen la marca de la bestia? ¡Sí! Prosigamos en Apocalipsis 13: “Y engaña a los moradores de la tierra”. ¿Cómo? “...mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender [comerciar, ganarse la vida, conservar el empleo], sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre” (versículos 14-17).
Nótese, pues, lo siguiente: Esa bestia de dos cuernos no solamente hizo que la gente recibiera la marca de la bestia (compárese con Apocalipsis 19.20), sino que también hizo crear una imagen que ocasionó el martirio de los santos. Todos los que se negaran a adorar a la imagen sufrían el martirio. Esta iglesia falsa no los mataba sino que los hacía matar. La historia nos cuenta que el gobierno civil martirizó a millones de personas declaradas “anatema de Cristo” o “herejes”.
Comparemos esto con la mujer que cabalga sobre la bestia en Apocalipsis 17: “Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús” (versículo 6). Sin duda, estos símbolos corresponden a lo mismo.

La imagen de la bestia
El organismo eclesiástico, que es un gobierno dual, engañó a la gente mandándole que construyera una imagen de la bestia. Esto nos explica cómo llevó a cabo su engaño (Apocalipsis 13.14).
¿Qué es una imagen? El diccionario dice que es una semejanza, una copia, representación o modelo. Tenemos, pues, una iglesia que dice: “Hagamos un modelo o semejanza del gobierno civil romano” (que es la bestia).
Jesucristo proclamó el reino o gobierno de Dios, un gobierno divino por voluntad de Dios y por la ley de Dios, no un gobierno humano pagano hecho por voluntad del hombre y basado en leyes humanas. Su Iglesia incluye a todos los santos engendrados y guiados por el Espíritu de Dios. Cristo es su única cabeza, ¡y su reino no es de este mundo! (Juan 18.36).
Entonces ¿de dónde tomó su forma el actual gobierno eclesiástico?
“El primer papa, en el verdadero sentido de la palabra, fue León I (440-461 d.C.)”, dice la Cyclopedia of Biblical, Theological and Ecclesiastical Literature (Enciclopedia de literatura bíblica, teológica y eclesiástica), volumen 7, página 629.
León I consideraba que la forma de gobierno del Imperio Romano era lo más maravilloso sobre la tierra. Aplicó sus principios a la iglesia y la organizó como un gobierno, formando así el papado.
Esta organización o gobierno eclesiástico es la imagen de la bestia.
Dice el historiador Philip Myers en su Ancient History (Historia Antigua): “Durante el reinado de León I la Iglesia estableció, dentro del Imperio Romano, un estado [gobierno] eclesiástico que seguía el modelo imperial en su constitución y sistema administrativo”.
Este gobierno eclesiástico, pues, según el historiador, es un modelo o copia, una imagen de la bestia que es el gobierno del Imperio Romano. La Enciclopædia Britannica lo llama un imperio eclesiástico mundial.
Esta imagen, o sea un gobierno eclesiástico diseñado y gobernado por hombres, obligó a la gente a adorar a la iglesia. Y como la iglesia se organizó como uno de los gobiernos de este mundo, esto era un culto a la imagen, ¡era idolatría!
Esta iglesia fue la madre, y de ella, en “protesta”, salieron iglesias hijas que se llamaron protestantes. Todas tienen un gobierno eclesiástico de índole política, al estilo de los gobiernos de este mundo.
“Y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS” (Apocalipsis 17.5). Sus hijas se llaman también “rameras” y en conjunto se les denomina “Babilonia”. Son paganas y enseñan doctrinas y costumbres paganas, aunque disfrazadas con el nombre de cristianismo. ¡Y todas las naciones han sido engañadas!
Sí, este organismo eclesiástico, de diseño humano, lejos de ser una entidad espiritual diseñada de acuerdo con la Biblia, constituye nada menos que la imagen de la bestia. Es una falsificación política y pagana del gobierno de Dios.
“Salid de ella”, dice Dios en Apocalipsis 18.4. ¡Qué Dios nos ayude a hacer caso!